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NUESTROS VOLUNTARIOS HABLAN

 

» Estuve viviendo en Can Benet durante un año dividido en dos periodos, uno de 4 meses y otro de 8 separados por sólo tres meses. Hice labores de gestión, de informática, de jardinería, de mantenimiento, de comedores, incluso de ayudante en cocina. Lo único que no hice fue limpieza de las habitaciones, yo prefería otras tareas. Toda mi estancia en CBV se transformó en un periodo de reflexión sobre lo que quería hacer en mi vida. Me sirvió como plataforma, digamos, para lanzarme a la vida y dedicarme con ahínco a aquello que quiero. Evidente y afortunadamente, en toda mi estancia en Can Benet pude ir aclarándome sobre lo que quería realmente hacer en mi vida. Cuando llegué estaba confuso, cuando salí tenía una intención, una valentía y un sentir muy diferente.
La naturaleza de CBV ayuda mucho. Vives en un espacio privilegiado de naturaleza, que te transmite una energía muy saludable. Yo me sentía muy fuerte, muy sólido, muy seguro que estaba en el sitio adecuado. La convivencia entre humanos es muy enriquecedora pero simplemente por eso mismo, se hace a veces dura y difícil. Sin embargo, lo que experimenté en CBV es que todos compartíamos y queríamos compartir algo común, algo así como una pequeña familia con todas las cosas que conlleva. El pertenecer a la comunidad de CBV me hizo madurar y sobre todo observarme a mi mismo con una mayor claridad y precisión. Este estilo de convivencia en la naturaleza te obliga a verte, te obliga a conocerte, a descubrir tus errores, tus aciertos, tus problemas en las relaciones, y tus dones o virtudes, también. Este fue un aprendizaje que no olvidaré nunca.
Por otro lado, y ya a nivel más personal, en el segundo periodo de mi estancia, mi mujer ya fue embarazada a CBV y pasó todo el embarazo allí. Fue algo inmenso, un lugar paradisíaco para fecundar una nueva vida y cuidarla hasta el nacimiento. Cuando nació mi hija, todavía estuvimos allí un par de meses y fue la alegría de la casa y una nueva vida que también aportó energía a este entorno maravilloso. Ahora cada vez que vuelvo a CBV, pues formo parte de la Escola de Vida que tiene su sede allí mismo, me siento como en casa, pero sin el como. Me siento en casa. Siento que soy bienvenido de corazón, siento que aporto algo fresco cuando voy, siento que aquello sigue viviendo y dando vida y siento que cuando me voy, siempre es un «hasta la vista» pues estoy seguro que volveré. Llevo en mi corazón CBV y no puedo contar nada más que cosas buenas de mi experiencia. Por cierto, para mi hija que nació allí, ha ido creciendo con algunas visitas y cuando llegamos, ella siempre se siente como en casa. Reconoce la energía que la vió nacer.
Finalmente, me alegra mucho haber tenido esta oportunidad de contar un poco mi estancia en CBV, porque fue algo que me marcó toda mi vida, que me hizo crecer y madurar y que pude gozar con todo mi Ser, mi cuerpo, mi inteligencia y también con mis debilidades. Ahora, ya lo he dicho, cada vez que vuelvo, me siento en familia y es muy bonita esta sensación, casi diría que necesaria. Por eso y por muchas cosas más, animaría sin dudar a todo aquel que quiera conocerse un poco más a fondo, a visitar CBV y residir una temporada allí. Estoy seguro que no lo olvidará en la vida. El trabajo físico en la naturaleza es muy positivo, y las personas que trabajan allí, no lo sienten sólo como un trabajo sin más, sino como una responsabilidad especial. La responsabilidad de mantener vivo un lugar que aporta y ayuda tanto a las personas. Esto también es muy bonito sentirlo y así lo viví yo. Un saludo y gracias por la oportunidad.»

Manuel Eugenio Bellido Pérez

Voluntario y participante de los talleres de la Fundació J.Mª F., Extremadura

«He estado tanto de participante de actividades como de voluntaria en CBV y no puedo separar mi experiencia del rol que tenía en cada momento, ya que lo que me he llevado es un aprendizaje hermoso, de cómo abrirme al mundo conviviendo con otras personas voluntarias de la casa o conviviendo con las demás personas que conformamos el mundo, en el trabajo, con los vecinos. A abrirme a mí misma. He aprendido (y sigo haciéndolo) a agradecer todo lo que me ha ocurrido en la vida, llegué a Can Benet como participante hace 7 años ya que me sentía devastada por la muerte de un familiar cercano, y ahora puedo agradecer aquella muerte, fue aquello lo que me llevó aquí. La generosidad reina en CBV, personas dedicadas al servicio de los demás con cariño y mucha entrega. Para mí es un lugar especial y mágico. »

A. R. M.

Voluntaria y participante de los talleres de la Fundació J.Mª F., Barcelona

» Llegué como voluntaria un invierno hace algo más de tres años. Ya había venido a realizar algunos cursos y talleres y me había enamorado del lugar y la forma de convivencia. No se me ocurrió nada mejor a lo que dedicar mi tiempo de vida que a colaborar para mantener vivo este espacio, un foco de luz en el mundo, donde otras personas puedan vivir sus procesos de transformación profunda y evolución interior, como yo había tenido la suerte de encontrar cuando vine por primera vez. Cada día en el campus es un aprendizaje, convivir en un ambiente respetuoso con personas maduras es una forma grandiosa de conocerse a uno mismo, además de ser una oportunidad de aprender oficios como cultivar un huerto, cocinar pan, bricolaje, etc. Realmente es un espacio que te permite encontrar tu lugar en el mundo.»

Myriam Nunes Martín

Responsable de comunicación de la Fundació J.Mª F., Barcelona

» La primera vez que visité Can Benet fue con motivo del seminario Constrúyete hará unos seis años y debo decir que marcó un antes y un después en lo que es hoy mi vida. Para aquellas personas que como yo en aquel entonces no tienen ni idea de desarrollo humano y mucho menos de espiritualidad, os diré que es como una formación en gestión de proyectos en el que el proyecto a desarrollar es tu propia vida; saber qué quieres, cuáles son tus necesidades reales, en qué flaqueas y de qué recursos dispones, etc. En un fin de semana me planteé cosas que jamás me había planteado y descubrí que yo era la responsable de mi vida y que no podía seguir quejándome y estar enfadada. El germen de desarrollo humano y espiritualidad en mí fue sembrado entonces. Con ese “gusanillo” de mí misma, proseguí mi andadura y realicé diversas actividades en el campus y a partir de ahí se me empezó a abrir el mundo. Una apertura que se vio impulsada por la belleza del lugar, la armonía y cuidado depositados en cada rincón acompañada por una limpieza admirable.

Cuando inicié mi periodo de voluntariado y ya en el backstage del campus, comprendí que para que yo pudiera haberme abierto al mundo el entorno debía ser comprensivo, eficaz, limpio, delicado y vi con mis propios ojos y fui partícipe del esfuerzo y dedicación de las personas que están allí trabajando y dedicándose a los demás. Personas responsables de sí mismas y respetuosas con aquellas que lo son para sí, que me ayudaron sin saberlo quizás a conocerme a mí misma, a saber algunos de mis límites y debilidades y como no, a saber algunas de mis fortalezas y virtudes. Todavía estoy aprendiendo, cada vez que voy allí lo hago, y aunque reconozco que no siempre fue fácil, pues las lecciones no siempre vienen como te las esperas, ni de quien te las esperas, el conocimiento que uno extrae de sí es impagable, siempre y cuando estés atento y abierto a recibirlo.

Por todo ello os animo a que participéis, a que tengáis la experiencia de colaborar en cualquiera de las tareas del Campus, a que seáis parte de un pequeño rincón de mundo diseñado para abrir corazones y conocerse uno mismo, al tiempo que ayudáis a los demás.»

Marta Ribas Magaña

Miembro de la Escola de Vida Simultaneïtat, Barcelona

El voluntariado consiste en un máximo de 30 horas semanales de colaboración en las distintas tareas del campus (limpieza, mantenimiento, jardinería, atención a los clientes, etc) a cambio de alojamiento completo en Can Benet Vives, normalmente en habitación compartida con otra persona voluntaria, y la participación en las actividades de la Fundació Josep Mª Fericgla a precio reducido de residente.

El tiempo mínimo para venir como voluntario es de un mes y el máximo un año.

El ambiente es muy familiar y respetuoso, para nosotros es fundamental cuidar una forma de vida espiritual no confesional. Desde el primer día te invitamos a compartir con el resto de la comunidad de residentes las actividades diarias: meditaciones por la mañana y por la tarde, sesiones de sauna, de cine, etc.

Además de contribuir al objetivo del proyecto  —ofrecer al mundo un espacio de paz y de serenidad—, a cambio de unas horas diarias de colaboración te ofrecemos alojamiento completo y…

Un espacio donde encontrar tu lugar en el mundo

 

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Un cruce de caminos donde aprender a vivir como persona entre personas.

 

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Conversaciones cultas en catalán, castellano, ucraniano y ruso para los que queráis aprender estos idiomas.

 

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Convivir con personas reales: en el campus te relacionarás con personas que comparten sus problemas y sus bondades reales.

 

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Participación en la vida comunitaria: meditación, comidas, paseos, fiestas…

 

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Un lugar donde compartir inquietudes y anhelos personales que no es fácil compartir fuera del campus.

 

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Colaborar una temporada en can Benet Vives te da herramientas para cultivar tu mundo interno y proyectarlo en el externo.

 

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Participar en los cursos, seminarios y talleres del Dr. Josep Mª Fericgla.

 

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Aprender cosas reales tales como cultivar un huerto, amasar y cocinar pan, un mínimo bricolaje para llevar un casa, etcétera.

 

Si es de tu interés, mándanos tu curriculum y un teléfono de contacto a Can Benet Vives y nos pondremos en contacto contigo para concertar una cita y conocernos.

Un espacio

donde encontrar tu lugar en el mundo

DONACIONES

 

El campus Can Benet Vives necesita aportaciones externas para mantenerse, como casi todo centro dedicado al cultivo del mundo interno. Se sostiene gracias a las donaciones económicas que llegan al campus a través de la Fundación J.MªF., además del alquiler de las propias instalaciones y la colaboración de voluntarios que residen un tiempo en el campus, recibiendo alojamiento y participación en las actividades a cambio de colaborar unas horas semanales en el buen funcionamiento del centro.

Donante protector

Si te interesa el proyecto y quieres colaborar en nuestra misión, puedes realizar una donación única de la cantidad dineraria que decidas. Se te informará del proyecto al que se destina tu donación y recibirás el certificado de donante de la Fundación, que te permite desgravar en la declaración anual de impuestos. Así sabrás dónde va destinado tu dinero.

HAZTE SOCIO

 

Sois los socios que hacéis una donación regular cada dos meses cuyo importe decides tú a partir de 30€. Se te informa del proyecto al que se destina tu aportación bimensual, además de recibir el certificado de donante de la Fundación que te permite desgravar en la declaración anual de impuestos.

Derechos de todos los Socios y Socias No Numerarios:

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Estar informados

del destino de las cuotas bimensuales o aportaciones puntuales y del estado general de la Fundació.

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Participar en las tareas

de voluntariado para apoyar las mejoras de la sede central de la fundación, campus Can Benet Vives.

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Tener carnet de miembro

de la Fundació y aprovechar las ventajas de este carnet.

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Pasado el primer año de afiliación

pueden participar en una actividad anual de fin de semana de la Societat d’Etnopsicologia Aplicada / Fundació Josep Mª Fericgla, con los costes de alojamiento gratuitos y a un precio especial de inscripción.

Como socio o socia numerario

Hay un máximo de veinticinco plazas para ser Socio Numerario. Aportas una cuota regular cada dos meses cuyo importe decides tú a partir de 45 €. Además realizas una aportación única de seis mil, doce mil o dieciocho mil euros durante un mínimo de un año reembolsable sin intereses, cuando lo solicites. Esta cantidad no es una donación —aunque puede serlo— sino que es un préstamo temporal para el funcionamiento de la Fundación. La forma de devolución es la preestablecida (pedir información detallada en secretaría). Se te informa del proyecto al que se destina tu aportación anual pero NO recibes certificado de donante por la cantidad inicial ya que esta cantidad se recibe en calidad de préstamo no de donación (a menos que no se trate de una donación).

Los derechos de los Socios y Socias Numerarios son los mismos que los Socios No Numerarios, y además disponen de:

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Un apartamento exclusivo

para Socios Numerarios dentro del campus Can Benet Vives. Este apartamento, dispone de tres habitaciones con baño, nueve camas, cocina y galerías exteriores, y está destinado a la estancia temporal de los Socios Numerarios.

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Precio de alojamiento

 especial en las actividades del campus.

Si quieres apoyar el campus en calidad de Socio o Socia Numerario, llama antes para saber si hay membresía libre en esta modalidad de colaboración.

 

(+34) 937 63 00 76
Teléfono

Can Benet Vives Veïnat d' Hortsavinyà 7 08490 Tordera Barcelona, España

 

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